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Realmente, esa madrugada de domingo me acostaba a dormir con dejo de nostalgia, con lágrimas en los ojos, con las mejillas húmedas, con la esperanza de que al día siguiente algún mensajito me iba a contestar. Con la esperanza de creer que todo fue mentira. Que nos vimos, que nos besamos, que estuvimos. Que hoy no le tengo que decir más:"Te extraño" Pero no fue así. Pero no es así. No hubieron mensajitos y no nos vimos y no nos encontramos. Y no pasó nada.
Impulsivamente, fui yo la que le mandó otro mensajito más, con la ilusión de que me contestase. Y al menos eso fue. Me contestó. Y ahora y hoy, me pregunto ¿Para qué? Si todo está más mal que aquella madrugada, que todo está peor. Porque después no hubo encuentro, no hubo nada. Y se supone que así debiera de ser. Y se supone que para los ojos del mundo, eso es lo que tenía que pasar, esto es lo que tiene que ser. Hasta que no deje de hacerme la cabeza con él, esto no va a parar. Aunque para los ojos del mundo, esto ya paro hace rato.
Todo será hasta que mis impulsos masoquistas no me vuelvan a ganar. Todo será hasta que le ponga un fin, hasta que mi cabeza haga click, hasta que mi corazón le dé el pertinente despido, ese, el correcto, el necesario, el que debe ser. Todo será hasta un punto fijo, un día, una fecha, una hora, que nadie sabe porque esas cosas nadie sabe. Porque los finales son predecibles pero no son imposibles. Porque todos podemos prever esos finales, pero todos nunca sabemos el punto fijo, el exacto en el que ese acontecimiento va a suceder. Nos basta con saber que existirá ese punto muerto y hacemos todo porque tarde más en llegar.
A drede, acá yo, sí sí. Eso es lo que estoy haciendo yo. Sospecho que no soy la primera ni la última chica que estará viviendo esta situación. Eso me deja un poco tranquila, pero nada más un poco. Si hubiera sabido desde el principio el chico que era él, me hubiera ahorrado de todas estas pantomimas flojas, estas que tengo que escribir ahora, esos llantos entre vasos de alcohol, esas madrugadas en las que le dí mi corazón.
Es raro, cuando conoces a alguien, de un flechazo tu mundo cambia. Pensas que es como cualquier otro chico, un chico más, un chico normal, pero que te hace suspirar de una manera especial. Y después te das cuenta que resulta ser que ese chico no es normal, no vive la vida como vos, está allá, está acá, es conocido en todo el país, es un chico famoso, un deportista famoso, tiene mil amigos y uno más y todas las chicas que quiere y una más. Es raro, es fuerte, yo diría bastante. Es el motivo por el cual brindo, para olvidarme de él, es un impulso masoquista que quiero alejar de mí. Es algo brillante que me hace bien.
Sé muy dentro mio que seremos la nada misma los dos. Pero también sé que somos el todo mismo cuando estamos juntos.
Definitivamente, esa madrugada que llegué, nada podía creer, entre la felicidad de una buena noche con amigos y el lagrimeo inconstante que me dejó. Escuchar su voz por teléfono, no te lo voy a negar: me dolió. Pero sonreí.
Y a los ojos del mundo cuando escuché su voz, sonreí..♥~
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Lo sabía, siempre lo supe. Hay personas que son irretenibles, entran en tu vida destinadas a salir de ella. Entran en tu vida, te llenan de momentos felices y se van. Podemos abrazarlas con todas nuestras fuerzas pero lo máximo que conseguiremos, tal vez.. es que se vayan un poco más despacio porque es imposible abrazarlas con suficiente fuerza.
♥~